vivir en un barco

Vivir en un barco. ¿Te atreves a mudarte a una casa-barco?

Hace ya bastantes años que vivir en un barco ha dejado de ser algo que hacían las personas que se encontraban en cierta manera marginadas por la sociedad, ya fueran personas con muy pocos recursos económicos o incluso prisioneros, a los que se le adjudicaba una casa-barco como si de su prisión se tratase.

En otras ciudades, como por ejemplo Ámsterdam, situada en los Países Bajos, esta forma de vida se ha llevado a cabo en sus numerosos canales, estando estos completamente repletos de pequeñas casas flotantes a cada cual más bonita y particular.

Y aunque ahora parezca algo pintoresco, en su momento no fue este el motivo que llevó a sus inquilinos a lanzarse a las aguas, sino que este curioso hecho vino desencadenado por la escasez de viviendas que hubo tras la Segunda Guerra Mundial.

Y aunque estos fueran los motivos principales de vivir en una casa-barco, quedan muy lejos de los verdaderos motivos que hoy se esconden en las historias de los propietarios de estos peculiares hogares.

¿A quién no le gustaría vivir cerca del mar y en el centro de la ciudad?

Conseguir ser propietario de una vivienda con estas características puede salirte muy caro, económicamente hablando. Es cierto que tras los años de crisis, los precios inmobiliarios han ido bajando y ya no se ven los precios inflados que había antes, pero también es cierto que los salarios han caído, y no está al alcance de todo el mundo adquirir una propiedad en pleno centro y cerca del mar.

Pero esta posibilidad existe y quizá más cerca de tu alcance de lo que crees.

Decenas de puertos en España ofrecen la posibilidad de poder vivir en un barco. Y cada vez más personas, la mayoría personas solteras y extranjeros, optan por esta forma de vida.

Y es que esta forma de vida aporta libertad y un estilo de vida nómada, ya que puedes ir viajando de puerto en puerto.

Por supuesto, si eres de esas personas que se marean fácilmente y odian subirse a un barco, no es una forma de vida que sea adecuada para ti.

Pero si por el contrario, te encanta navegar, surcar los mares como si fueras el capitán de un gran navío y disfrutar de la brisa del mar en tu rostro, quizá puedas plantearte cambiar de residencia y establecerte en una preciosa casa flotante.

Si has llegado hasta aquí leyendo y te estás cuestionando esta opción, déjanos responder a las principales dudas que aún tendrás.

¿Cuánto cuesta vivir en un barco?

Para responder a esta pregunta, lo primero que debemos tener en cuenta es el precio de la embarcación.

El precio de ésta dependerá del dinero que cada persona quiera gastarse. La variación del precio entre una y otra vendrá dada por la tipología del barco, la antigüedad y el tamaño de éste, que se define comúnmente por la distancia entre la proa y la popa del barco.

Para una persona sola, un barco de 10 metros de eslora e incluso menos podría ser adecuado.

Aunque si en vez de para una persona queremos una embarcación donde vivir una familia de 3 o 4 personas, lo aconsejable es que tenga una eslora de unos 15 metros para que sea cómodo.

En cuanto a precio, estaríamos hablando que una embarcación tendrá un coste de entre 12 000 y 140 000 euros.

Dejando a un lado el coste inicial de la embarcación, hay otros gastos a los que hay que hacer frente posteriormente.

Si queremos navegar con nuestro barco, tendremos que obtener las licencias para poder hacerlo y ésto también supone un coste.

En cuanto al “aparcamiento”, también hay que tener en cuenta que cada mes tendremos que pagar el coste que supone dejar la embarcación en el puerto, y según el tipo de barco y el puerto que sea tendrá un coste de entre 300 y 900 euros, en los que algunas veces van incluidos los costes de luz y agua, y otras veces no.

Además de estos gastos, tendremos que tener en cuenta otros gastos como son el gasoil y el mantenimiento del barco.

En total, junto con el amarre en el puerto, podríamos estar hablando de algo más de 5.000 euros anuales.

¿Se puede vivir de alquiler en un barco?

Por supuesto que esta opción también está en las casas flotantes. Es más, se recomienda que alguien cuando está pensando en cambiar su forma de vida e irse a vivir a una casa flotante, que antes alquile algunas semanas una embarcación y haga una primera toma de contacto para evitar sorpresas, ya que antes de tomar una decisión tan importante y hacer frente a un importante desembolso económico sería adecuado conocer la experiencia.

Para alquilar uno de estos barcos se requiere o bien disponer de la licencia de navegación, o tener un patrón profesional a bordo.

El tema de precios en estos alquileres es un poco menos económico. Por ejemplo, una semana en un barco barato en el puerto de Málaga puede salir por unos 3.000 euros, incluyendo seguros.

Además tendríamos que añadir una fianza de unos 1.500 euros, que se devolvería al acabar el alquiler.

¿Me adaptaré a esta nueva forma de vida?

Vivir en un barco nunca será igual a vivir en una casa. Hay que acostumbrarse a vivir con ligeros movimientos, que al principio pueden provocar algún mareo que otro.

Pero por otro lado, te permitirá mover tu “casa” de un lado a otro según te apetezca, y vivir en pleno centro de diferentes ciudades sin tener que pagar hipoteca ni alquiler.

Si eres de aquellas personas bohemias y que se sienten que la libertad es lo que más valoran en la vida, quizá te vas a adaptar tanto a esta forma de vida que te será difícil cambiar a otra en algún otro momento de tu vida.

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